EL LEGADO DE TAYLOR

Doug Taylor, nativo de Charlottesville nacido en 1945, pasó sus años de formación inmerso en el encanto escénico de Scottsville. Orgullosamente graduado de Albemarle High, la vida de Doug dio un giro significativo en 1966 cuando se embarcó en un viaje de servicio en el ejército, dedicando varios años impactantes a las Fuerzas Especiales. Mientras tanto, May, nacida en Charlottesville, asistió a Lane High School y se embarcó en una carrera en banca y seguros después de completar su educación.

Sorprendentemente, el legado militar de la familia Taylor no termina con Doug. Su yerno sirvió con orgullo en el ejército en funciones de armas de combate, lo que ejemplifica el compromiso de la familia con el servicio. El nieto de Doug continuó esta tradición, estudió en The Citadel, el Colegio Militar de Carolina del Sur, y ahora se desempeña como oficial de infantería. Su nieta Elizabeth Llera Pavlina también forjó una conexión única al casarse con Connor Pavlina, un oficial de la 82.a Aerotransportada. Describir la profunda herencia militar dentro de la familia Taylor como algo menos que extraordinario sería quedarse corto.

Podemos decir que la historia de Taylors Auto Body comenzó cuando el destino intervino en 1970 en una reunión de amigos en común en Charlottesville, donde Doug y May se conocieron por primera vez. Las chispas volaron y en 1971 se casaron. En los cinco años siguientes, Doug trabajó como tasador de seguros y May se unió a él como agente de seguros de propiedad con licencia en Charlottesville. En 1977, después de dejar la industria de seguros, Doug y May, junto con un socio comercial local, dieron un paso audaz y abrieron su primer taller de carrocería. El nacimiento de sus hijos, Chris y Marcie, marcó esta época. Desafortunadamente, la sociedad finalmente se disolvió y la familia se mudó a Charlotte, donde Doug reanudó su trabajo en el sector de seguros, pensando continuamente que su corazón estaba en la industria de reparación de carrocerías. Con el paso del tiempo, Doug fue transferido a Greensboro debido a un ascenso laboral. Doug viajaba diariamente entre Charlotte y Greensboro. La necesidad de pasar tiempo con su familia y la observación continua de problemas sistémicos en los talleres de carrocería, uno de los cuales eran los talleres que deberían trabajar para el cliente pero, en cambio, priorizaban a las compañías de seguros sobre los propietarios de vehículos. La insatisfacción de Doug y May con el status quo alimentó un deseo continuo de cambio, derivado de su creencia en poner a los clientes en primer lugar y garantizar una compensación justa para los técnicos calificados.

En 1984, Doug y May regresaron a Charlottesville, compraron una propiedad en 495 Brookway Drive y, con dos empleados, construyeron físicamente los cimientos de lo que se convertiría en el taller de carrocería líder en la región. La historia no terminó ahí, ya que su hijo Chris surgió como un prodigio del motocross y finalmente se convirtió en profesional a la edad de 16 años. También es un piloto experto que posee varias certificaciones privadas y comerciales.

La carrera de Chris en las carreras lo llevó a unirse a un equipo privado de carreras, logrando un éxito notable y concluyendo su viaje en las carreras con el equipo Suzuki en 1996. Sintiendo la oportunidad de contribuir al legado familiar, Chris se unió al negocio de carrocerías en 1996. Con la familia al mando, Taylor's Auto Body prosperó. Chris encabezó la modernización de la tienda, introduciendo computadoras, software de estimación y banca en línea para mejorar la eficiencia. Sus innovaciones transformaron el negocio y lo encaminaron hacia la calidad.

En 1998, Marcie, que residía en Charlotte, se mudó con su familia y se reunió con sus padres y su hermano en Charlottesville. El negocio se convirtió en un verdadero asunto familiar, y Marcie continuó donde lo dejó Chris y continuó con los esfuerzos de modernización. Con el paso de los años, amplió el uso de la tecnología, con redes Wi-Fi de última generación que proporcionaban iPads a cada empleado para acceder a datos de reparación ilimitados. También fue fundamental para obtener varias certificaciones de alto nivel, incluida I-CAR Gold, el estándar líder en la industria de carrocerías.

Marcie ha estado a la vanguardia del fomento de prácticas ambientalmente sostenibles en Taylors Auto Body Shop. Sus iniciativas incluyen la implementación de un sistema de pintura a base de agua y la integración de una máquina mezcladora de pintura automatizada de última generación que cuenta con una producción sin desperdicio. Demostrando un compromiso inquebrantable con el respeto al medio ambiente, también ha inculcado una política firme para el reciclaje de todos los fluidos de los vehículos.

De cara al futuro, la iniciativa prioritaria de Marcie implica la instalación de sistemas de energía solar y tecnologías de recuperación de agua. Este movimiento visionario tiene como objetivo facilitar la carga sin red para vehículos eléctricos, alineando aún más el negocio con soluciones de energía limpia. Además, el sistema de recuperación de agua contribuirá a los esfuerzos de sostenibilidad al utilizar agua recuperada y reciclada para el lavado de vehículos, enfatizando su dedicación a un futuro más ecológico y ambientalmente responsable.

Mientras fijamos nuestra mirada en el futuro, la familia Taylor experimenta una transformación que se alinea maravillosamente con las distintas pasiones de cada miembro. May y Doug, después de años de servicio dedicado, han pasado con gracia a la jubilación, saboreando los frutos de su trabajo. Mientras tanto, Chris se ha aventurado en el ámbito de la aviación comercial y privada, persiguiendo su pasión de larga data. Marcie continúa con su función de administrar el legado de Taylor. Marcie se destaca como una líder experimentada con una gran experiencia en cada faceta del negocio. Su familiaridad con la gestión de la tienda, adquirida a lo largo de los años, la posiciona como una guardiana capaz y dedicada del compromiso duradero de la familia con la excelencia.